Jornada 2 Mandrágora 1-1 CVA Monher

Buenas tardes, queridos lectores, me complace estar de nuevo con vosotros susodichos amantes del buen furgol.
Lo que acaeció en la tarde del sábado no se puede decir que fuera un partido del CVA Monher. Todo empezó en la sesión vespertina del viernes o también llamada "Los viernes se entrena". Cual fue la noticia que desestabilizó al gran equipo monheril??Pues ni mas ni menos, la ausencia de su mas querido y odiado(por árbitros y contrarios) de su gran afamado Mister. Conocida esta desagradable noticia, se hizo patente una vez mas la ausencia de un gran número de integrantes del equipo. Hector 2 o nuevo fichaje, que argumentó tener clase en la universidad un viernes por la tarde, eso no se lo cree ni Rita. RaúlGuti que también se ausentó por estar cursando un Master, que como no sea el de Augusta, un servidor no sabe porque es más importante que el fútbol. Hermano de Silvia, que vino, se fue, a vomitar a casa(el ron no siente bien corriendo), y volvió de nuevo, alabable acción. Amigo de Luengo, que se ausentó por una boda.

Jornada del partido.

Como de costumbre, el conjunto monheril, se concentraba en las inmediaciones del pabellón Amanecer, debería decir Anochecer, puesto que el partido se jugaba a las 9 de la noche. La sorpresa monheril, fue que el partido se retrasó casi 45 minutos, con la consiguiente pérdida de concentración por parte de escuadra rojilla. Al empezar el partido se vió a un rival perfectamente plantado en el terreno de juego, ya que magos parecían haciendo rotaciones, dignas de tiempos pasados, veáse Alcorcón. Ante la inconsistencia del juego monheril y la falta de ocasiones del equipo contrario, se llegaba al descanso con un anormal empate a cero.
Segunda parte y más de lo mismo, incongruencias por parte del equipo y ocasiones marradas, puesto que siempre se dispone de 3 o 4 ocasiones clarísimas que no se materializan en gol.

En una jugada desafortunada para el equipo de las pócimas, ante el revuelo que reinaba en el área, se consiguió lo que se creía el gol definitivo del partido, 0-1 a favor del conjunto rojillo. Poco le duró la alegría al equipo monheril, puesto que dos o tres jugadas después, un jugador, que empleó la misma táctica de luengo, es decir, recular para regatear, consiguió ante la lenta e inútil estirada de nuestro portero el 1-1 definitivo.